Comprar un electrodoméstico el algo casi desconocido ya que no es una compra habitual.
Para ello debemos definir las verdaderas exigencias personales y las características del hogar, evitando una compra impulsiva y ayudando así a optimizar la inversión.A veces, después de comprar el aparato, nos damos cuenta de que o lo hemos comprado con insuficientes características o bien es excesivo para nuestras necesidades. Ello hace que nos quede la sensación de haber hecho una mala inversión.
Lo primero que nos debemos plantear es identificar el estilo de vida que llevamos y preguntarnos si lo vamos a cambiar a corto plazo. Preguntas importantes serían tales como si vivimos solos, en pareja o familia, cuánto tiempo pasamos en la casa, cuánto y cuándo comemos, cuánta ropa usamos, lo que conviene de acuerdo a los alimentos que consumimos y si queremos que nos hagan un servicio, que sean simplemente estéticos o ambos conceptos.
Lógicamente no es lo mismo una persona que vive sola y que cubre sus necesidades con un pequeño frigorífico, un lavavajillas de 6-9 cubiertos, una lavadora de poca capacidad y una placa de dos fuegos, que una familia que tenga que almacenar y cocinar alimentos en gran cantidad, así como lavar ropa a diario.
Un modo de ayudar a optimizar el dinero que vamos a invertir es preguntarse qué destino le daremos al aparato que vamos a adquirir, cuánto de lo que ofrece vamos a usar y si nuestro hogar es apto para acogerlo en cuanto a espacio.
En siguientes artículos iremos profundizando más e intentando daros buenos consejos para realizar la adquisición correcta.