El estilo industrial se originó en Estados Unidos en la década de los años 50. Se caracteriza por ser sencillo, personal y con un toque vintage que no pasa de moda. Es un estilo atemporal y lo puedes ver en muchas propuestas de decoración, por eso te contamos cómo incorporar el estilo industrial a tu cocina.
La clave está en elegir materiales usados comúnmente en la construcción como madera, cristal, hierro y otros metales. Como mobiliario puedes utilizar sillas de madera desgastadas o recicladas, taburetes y lámparas de metal, y estanterías fabricadas con madera y metal, que encajan perfectamente con el estilo industrial.
Si, además, tienes la suerte de contar con una cocina de techos altos, grandes ventanales y paredes de ladrillo, con tuberías y vigas a la vista, el efecto será impresionante.
Si no, siempre puedes optar por revestimientos cerámicos para conseguir ese estilo industrial.
Combina electrodomésticos de acero inoxidable o en color negro con muebles con puertas de madera, acero o lacados. El blanco, gris, beige y, sobre todo, el negro, son los colores que no pueden faltar en cualquier cocina de estilo industrial.
Los muebles pueden ser lisos o con diversos colores y acabados, ya que la personalización y la creatividad es el principal objetivo.
Y para compensar el aire frío que transmiten el acero o el hierro, puedes añadir detalles vegetales en la decoración como plantas aromáticas, que además podrás utilizar en tus recetas y dejarán una agradable fragancia en la cocina.
Con estos consejos conseguirás una cocina de estilo industrial singular y absolutamente única.
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